Después de haber tenido ese encuentro con mis tías, salí de su habitación para dirigirme a la mía, en el pasillo aun sentía la lengua de ellas chupándome la verga. Por mi mente pasaban esos momentos de lujuria y pasión que me habían brindado y que las mismas me habían iniciado en el placer del amor filial.
Al llegar a mi habitación quedé completamente dormido, no sin soñar con esos cuerpos maduros y turgentes de mis adorables tías. A la mañana siguiente me levanté temprano para ir a mi escuela, mis tías por supuesto ya se habían levantado, después de haberme duchado bajé y mis tías me recibieron con una sonrisa en su cara y con un suculento desayuno. Una de ellas me dijo: -Esto lo necesitas ya que tendrás mucho «Trabajo por hacer» – y sonrió. Mis primas que se encontraban ahí se miraron entre sí como diciendo «A que trabajo se refieren???» ya que a ellas nunca les habían preparado un desayuno así.
Durante mis horas de clase no paraba mi mente de recordar la noche anterior, esto hacía que continuamente se me parara la verga y con mi mano acariciaba mi bulto tratando de calmarlo. Ya de regreso en la casa después de comer, me puse a estudiar matemáticas en mi habitación, nunca fui muy bueno para esto de los números por lo que pensé que mi prima Claudia me podría ayudar, ya que entre la familia ella siempre se distinguió por tener altas calificaciones en esta materia. (Perdón, antes de seguir déjenme decirles que mis dos primas, que vivian también en la casa, se llamaban Claudia de 22 años y Karla de 18, las dos tenían un cuerpo que a cualquiera le levantaba el ánimo, nada despreciables). Pues bien, así que salí de mi habitación para dirijirme a la habitación de mis primas, sabía que solamente estaría Claudia porque Karla había salido junto con mis tías para hacer algún mandado, junto con la abuela. Llegué a la puerta de la habitación y toqué en en ella para poder entrar, al hacerlo, mi prima que estaba en el interior me dijo: «Espera un momento, me acabo de bañar y me estoy cambiando»-, al oir esto a mi imaginación vino el cuerpo de ella desnudo, la calentura estaba invadiéndome de nuevo, por lo que rápidamente busqué alguna grieta u hoyo en la puerta antigua de madera y ¡Bingo! lo encontré en la parte inferior de ésta, así que ni tardo ni perezoso me tendí en el piso y ¡Ohh! sorpresa ahí estaba mi prima completamente desnuda, secando su pelo. Me daba la espalda y podía ver claramente como su pelo caía por la espalda y llegaba a la mitad de ella para abrir paso a una espalda bellísima y continuar con un par de nalgas redondas y unas piernas perfectamente torneadas hasta sus tobillos. Mi verga empezó a crecer dentro de mi short y por encima me la empecé a acariciar. Yo pedía «voltéate, voltéate, déjame ver ese chochito y tus tetitas» y tal parece que me escuchó, ya que volteó hacia la puerta y vi como colgaban dos pechos de bastante buen tamaño, que no tenían nada que hacer con los de mis tías, pero que no los cubriría con mi mano cada uno de ellos. Al bajar mi mirada vi como desde su obligo empezaba un pequeño caminito de vellos negros hasta llegar a un gran monte de vellos rizados y por consiguiente negros también, no se si fue natural o con intención, pero vi como con una mano mi prima se tocaba ese chocho peludito y esto hizo que mi verga se hinchara más y creí que en ese momento me iba a venir… Saqué mi verga y comencé a meneármela, en eso mi prima tomó sus pantys, que eran de color blanco del tipo bikini y se las puso. Quería ser yo esos pantys, para recorrer todas sus piernas y llegar hasta ahí, acariciar esas nalgas y disfrutar el olor de su chocho. Cerré mis ojos y mi ritmo comenzó a crecer, estaba a punto de aventar mi leche cuando la voz de mi prima me trajo de nuevo a la tierra.
«¡Ahora puedes entrar!». Detuve mi puñeta y metí rapidamente mi verga al short, me incorporé temiendo que mi prima abriera la puerta, al no ocurrir esto esperé un poco, trantando de que mi verga perdiera ese estado de calentura. En eso la voz de mi prima volvió a sonar: «Qué esperas para entrar??», abrí la puerta no sin antes poner mi cuarderno delante de mí, tratando de cubrir mi paquete con el. Al entrar, ahí estaba mi prima con solo una camiseta de algodón, que supuse era la que usaba de pijama o por lo menos así parecía… La misma le llegaba a media pierna, pude ver que solamente llevaba la casita y su bikinis ya que se transparentaban un poco y por supuesto no traía brasier, ya que sus dos pezones la delataban por abajo de su blusa. Estaba mudo tratando de admirar más ese cuerpo cuendo ella me dijo:
-Ya que miras… Nunca has visto a una mujer así???.- Yo le dije:
-Este, disculpa solo puedo decir que te ves bien así.- Ella sonrió diciéndome:
-Anda deja tus galanterías y dime que se te ofrece??.- Yo le dije:
-Sabes??? Es que tengo un problema para esto de las matemáticas y sabiendo que tu eres buena en esto pensé que me podías ayudar.- Para esto ya mi verga había perdido su erección. Ella me contestó:
-Ok… vamos a ver de que se trata y comenzamos a estudiar.
Ella explicándome y yo en cada oportunidad que tenía le miraba por completo cualquier parte de su cuerpo, imaginaba en mi mente calenturienta como esos labios mamarían mi verga, saber de que color eran esos pezones que apuntaban firmes y saber cual era el sabor de ese chochito rizado negro. Como estabamos sentados en el piso y recargados en la cama con nuestras piernas dobladas, mi erección se podía disimular fácilmente.
Continuamos así por casi más de una hora, ella explicándome y yo imaginando miles de cosas con ella, de pronto ella se puso de pie diciendo:
-Voy abajo por una soda, no quieres una???.- Yo le dije que «si».
Al salir ella, vi como esa camiseta se había pegado a sus nalgas las cuales se dibujaban claramente y vi como su calzón estaba metido entre ellas… Esto me excitó aun más. Al salir ella del cuarto, saqué mi verga del short y comencé a meneármela, en eso estaba cuando ella abrió de nuevo la puerta para decirme al momento que abría la puerta:
-Quieres hielo???.- Ahí estaba yo sentado en el piso con mis piernas estiradas y mi verga completamente parada. -¡Qué haces!???»- dijo inmediatamente -Con que mientras yo te explicaba, tu no se que tantas cosas imaginabas eh!.- Cerró la puerta y yo aun con mi verga en la mano no supe que decir, era la segunda vez que me pillaban en plena jalada. Ella se acercó a mí y me dijo ya con voz más calmada:
-Oye, no se te hace que aun eres muy chico para que tengas esa calentura??.
Yo metiendo mi verga de nuevo en el short le dije:
-Sabes?? Discúlpame, pero es que el olor de tu cuerpo recién bañado me motivó y ya ves, perdóname y di que no dirás a la abuela y mis tías que me has pillado…- Ella se quedó un rato pensativa y me dijo:
-Está bien, no te preocupes, a veces a mí también me pasa lo mismo- Acercándose a mí, puso una mano en mi cabaza y agitándola en mis cabellos me dijo:
-Es natural en todos, pero nunca pensé que a tu edad ya te pasara esto.- Se sentó de nuevo a mi lado y me dijo:
-No te apenes relájate, mira, a mí también me pasa a veces lo mismo… Escucho en la escuela a veces, los comentarios de mis amigas, lo que hacen con sus amigos o novios y eso me pone un poco caliente y al llegar aquí e imaginar lo que contaron ellas, me masturbo en el baño, es más, hace un rato lo hice.
Al escuchar yo esto me sorprendí, pensé que yo era el único que lo hacía, claro aparte de mis tías. Ella continuó diciéndome lo que sus amigas comentaban, esto hizo que mi verga volviera a crecer lo cual mi prima notó y me dijo:
– «Vaya el crío, de veras que estás caliente, te voy a proponer una cosa… Si tu me dejas ver tu pene y tocarlo un poquito, para ya no tener que imaginar más cosas, yo te dejo que me veas desnuda y toques solo un poco para que tu también ya no imagines cosas». Vaya, ella pensaba que sería la primera mujer que yo tocaría. Yo para aprovechar la situación hice que lo creyera.
Ella se quitó su camisón y quedó en bragas, a lo que me dijo:
– «Anda, que tenemos poco tiempo, no vaya a ser que llegue mi hermana y la familia y entonces si nos pillen a los dos».
Inmediatamente me quité la camiseta y el short, para quedar de pie, desnudo ante ella. Mi verga tenía un movimiento de arriba hacia abajo debido a la excitación que tenía. Al estar así, yo de pie y ella sentada en el piso, mi verga quedó a la altura de su cara, tambaleándose frente a ella, diciendo:
– «Vaya que la tienes grande». Al tocármela con su mano, sentí como una descarga en mí, lo cual me hizo temblar. Al ver esto sonriéndose me dijo:
– «No tengas miedo, que no te voy a comer». Si era lo que más quería, que me comiera toda mi verga.
Comenzó a acariciar con su dedo índice la punta de mi verga, para lubricar su dedo con el líquidi que salía por mi verga. Comenzó a apretarlo con una mano y con la otra acariaba mis huevos, yo me estremecía de placer, sentía como se hinchaba entre sus manos, ella comenzaba el movimiento de arriba hacia abajo mmmm…… era la locura sentir sus manos como lenta y suavemente acariciaban mi verga y huevos. Yo cerraba los ojos, cuando sentí que algo caliente rodeaba mi verga, al abrir mis ojos vi como se estaba metiendo en la boca parte de mi verga. Comencé a acariciar su pelo aun húmedo, mientras ella hacía todo lo posible por meterse mi verga en su boca, para después sacarla y con la lengua recorrer todo lo largo y ancho de mi verga, para después continuar con mis huevos. Ahhhhhh….. era riquísimo sentir la tibieza de su boca en mi verga y su lengua jugar con mi cabeza mmmm…..
– «Sigue así, me lo haces muy rico… Ahhhhh… «. Ella cuando lo tenía fuera de su boca decía:
– «Te gusta pícaro??? Está riquísimo mmmmmm……..», para meterlo de nuevo en su boca. Ahhhhhh pensé que no iba a volver a sentir una mamada como la de la noche anterior y vaya que me había equivocado. Así estábamos cuando le dije:
– «Ahora déjame a mí hacértelo, pero tu me dices como, ya que yo no se hacer esto que tu haces», (fingí un poco). Ella se puso de pie y besándome en los labios, metiendo su lengua en mi boca para después succionar la mía y me dijo:
– «Claro picarón… Yo voy a ser tu madrina en esto», se sentó en la cama y abriendo los pies me señaló su chocho negro y peludo para decirme:
– «Ven… Chúpame aquí». Yo como perrito me inqué a la oriila y comencé a oler primero su aroma, para despues comenzar a lamer toda su concha mmmmm…. que rica estaba toda mojadita vi como ya de su interior salía un líquido blanquesino, que después sabría que es pruducto de la excitación de las mujeres.
– «Ahhhhhhh… mmmmmm… sí… sí… sí… chúpame así, que rico mi niño ahhhh…» Comencé entonces a bajar un poco más mi lengua hasta llegar el hollito de su culo, cuando logré tocarlo ella vibró diciendo:
– «Ahhh… si ahí… lámelo, chúpalo… mmmmm…».
Ya tenía mi boca repleta de sus jugos, trataba de comerlos todos y saborear todo su culo y raja. Ella se apretaba los pechos y diciéndome que subiera mis manos. Mientras seguía chupando su chocho con mis manos hacia arriba, apretaba ese par de pechos grandes, pero más suaves que los de mis tías… Ella gemía de placer, estaba calientísima. En eso le dije que si cambiábamos de posición a lo cual ella dijo que sí, que la que yo la quisiera. Yo le dije que se pusiera en cuatro, al hacerlo vi en todo su esplendor ese hollito negro rodeado de pelos y comencé a lamerlo, tratando en ocaciones de meter mi lengua en él. Ella gemía:
– «Ahhhhhh……..mmmmmmm……que rico… así sigue así……mmmmmm».
Yo continuaba lamiendo desde su culo hasta su chocho, de repente ella dobló sus manos y pegó su cara a la cama, esto hizo que su culo y chocho quedara a toda mi disposición. Lamía rápidamente, sabiendo que ella estaba a punto de venirse, pues miraba como los dedos de sus pies se encogían cada vez que pasaba mi lengua por su culo y chocho. Detuve mi lamida para colocarme incado atrás de ella, con mi verga apunté a su chocho y comencé a pasearlo desde el inicio de sus nalgas hasta tocar con la punta de mi verga su clítoris. Ella entre suspiros me decía:
– «Mmmmm……sigue acariciándome así… Ahhhhh… No me lo vayas a meter mmmm…». Por lo que volvía a mamar su culo y chocho para ponerla más caliente. Acto seguido hacía esto y volvía a pasear mi verga de nuevo a todo lo largo de su culo y panocha, ella seguía diciendo:
– «No lo hagas, sigue con tu boca». Pero a medida que yo hacía esto, la voz de ella no decía que no lo hiciera y en un momneto que lo paseaba sin decir nada lo metí rápidamente, con lo cual ella lanzó un grito de dolor y placer:
– «Ahhhhhhhhh… Ahhhhhhhh… Mmmmmmm….».
Le había quitado lo virgen, sentí como me apretaba en su interior, sentía en ocasiones cierta molestia por la estrechés, pero esto no iba a impedir que siguiera mi movimiento. Agarrado a sus nalgas comencé a cabalgarla, primero lentamente y después con fuerza, a lo que solo ella decía:
– «Ahhhh… siiii… siiiii hazme tuya, hazme tuya… Mmmmmm… Ahhhhhhhh…». Al tener agarradas sus nalgas, en ocasiones la abría para ver el hollito de su culo que rico meterlo también por ahí. En eso mi prima tuvo su primer orgasmo con un:
– «Ahhhhhh……» y temblor de su cuerpo me dí cuenta de esto. La sentí, saqué mi verga de su chocho y aproveché su lubricacion para apuntarlo en el ojete de su culo. Cuendo ella lo sintió dijo:
– «No… no… por… ahí… nooooooooo!». Demasiado tarde ya había metido la punta de él y aferrándome a sus caderas di la arremetida final… solo escuché un:
– «Ahhhhhhhhmmmmmm… me duele… me duele……». Pero conforme yo lo metía y sacaba su ojete se fue acostumbrando al grosor de mi verga, con los que sus gritos fueron bajando de tono para ser sustituídos por los anteriores…
– «Ahhhhhh… Mmmmmmm… Si… Siiiiiiiiii… Cógeme por el culo así… mmmmmmm». Entonces tomó una de mis manos e hizo que con ella le tocara el clítoris, así tuvo su segundo orgasmo. Yo por consiguiente no aguantaba más con lo que le dije:
– «Me voy a venir… Me voy a venir…». Ella diciéndome:
– «No te vayas a venir dentro… Ahhhhh… No lo vayas a hacer mmmm…». Saqué mi verga y comecé a menearmela, ella se puso boca arriba y mi verga quedó a la altura de sus pechos. Cuando empezaron a salir mi primeros chorros de leche le dije:
– «Chúpala… Mmmm… chu… pa… me… la…».
Ella sin saber que hacer, tomó mi verga y comenzó aun más rápido el movimiento, cada chorro de leche iba a parar en sus chiches y otros en su cara. Al tocar mi leche sus labios, ella sacó su lengua para saber cual era su sabor y al sentirlo, como fiera tras su presa, lo metió completamente en su boca, para que mis últimos chorros y gotas quedaran dentro de su paladar. Seguía mamándome y apretando mi verga para sacarle la última gota de leche, hasta que dentro de su boca mi verga fue perdiendo toda erección. Así seguía ella, chupándola como tratando de revivirla, chupaba mis huevos, mi verga, sentí como después de un momento de estarlo haciendo comenzó a crecer dentro de su boca. Esta sensación hizo que se inchara mi verga de nuevo, mi prima al verla me dijo:
– «Ahora vamos a hacer lo que dicen mis amigas, que es el 69… Quieres???»
Como iba a negarme a tal proposición?? Al decirme ella como era, yo quedé abajo y ella arriba. Que vista tenía, su chocho y su culo con vista desde abajo, aun podía ver como tenía dilatado el ojo del culo, con lo que comencé a lamer su clítoris y con un dedo comencé a meterlo en su chocho, llegando hasta el fondo. Ella decía:
-«Mmm….si hazlo así…mmmm»
Mientras ella se metía toda mi verga en su boca, sentía como la punta tocaba el fondo de su boca, justo ahí donde comienza la garganta, para despues irla sacando succionándola con fuerza. Yo seguía lamiendo su chocho, pero ahora ya tenía tres dedos metidos en su concha, con el dedo meñique comencé a tocar ese ojete, lo cual con lo dilatado que estaba hizo que éste entrara. Mi prima suspiró de placer:
-«Ahhhhh… Qué haces???… Me haces gozar como no imaginé mmmmmm… Ahhhhhh…».
Y seguía metiendo mi verga en su boca, en ocasiones cuando ella se levantaba para sacar mi verga de su boca, podía ver como ese par de tetas colgaban para después caer en mi vientre. Así que con la mano que me quedaba libre comencé a acariciar una de ellas, así que tenía mi mano ocupada con sus chiches, la otra con tres dedos metidos en su concha y el otro en su culo, mi lengua chupando y acariciando su clítoris. Que faena!!! Ella suspiraba y decía:
-«Mmmmmmmmm… siiiiii… ahhhhhhhh… que rica verga tienes y que bien me lo haces».
En eso sentí su tercer orgasmo y vi como de su chocho, cada vez que metía y sacaba mis dedos, salía un hilito más blanco de su lechita. Esto me excitó, por lo que sin poder decir nada aumenté el ritmo de mis caricias y mi verga empezó a estallar con chorros de leche que tragaba mi prima y aquellos que escabapan de su boca y escurrían por mi verga ella con su lengua los lamía, hasta dejarme la verga completamente limpia.
El orgasmo de ella y mi eyaculación hizo que nos relajáramos y nos quedamos así por un momento, cuando de pronto escuchamos que ya mi prima (la hermana de ella) subía las escaleras nombrando a mi prima. No habíamos escuchado cuando llegaron, seguramente fue cuando los dos teníamos nuestro orgasmo, no sabía que hacer, estaba a punto de ser pillado nuevamente…
Compartir la entrada "LA CASA DE MI ABUELA"