Un día del mes pasado estaba yo en la universidad -estudio periodismo- y en la clase de taller nos pusieron a investigar sobre el lesbianismo. Hacer entrevistas, encuestas, buscar estadísticas,etc. Entonces mi amiga Rocío me dijo: -Yamile, ¿hacemos el trabajo juntas?; a lo que respondí afirmativamente.
Bueno, hicimos las investigaciones del caso, hablamos con chicas lesbis sobre el tema y ya íbamos a terminar el trabajo cuando Rocío me sugirió que viéramos una película sobre lesbianas. Yo quedé sorprendida porque nunca había visto de esas películas y tampoco había tenido relaciones con nadie, n i siquiera con mi novio, con el que estoy desde los 14 años -ahora tengo 17- pero dije: -Será por el estudio. Listo. Entonces quedamos en vernos al día siguiente en el slón de video de la U (como era sábado, no lo prestaron fácilmente)a las 10 de la mañana.
Al otro día, yo llegué a la U a eso de las 9:50 y mientras esperaba a Rocío me fumé un cigarro. Yo iba bien arreglada pues Carlos, mi novio, pasaría a las 12:30 por mí para ir a almorzar. Tenía una blusita escotada que dejaba enseñar un poco mis pechos y una minifalda bastante sobria pero que, de todos modos, mostraba mis doradas piernas pues no me gusta casi usar medias.
Faltando tres para las 10 llegó Rocío. Iba con una camiseta ombliguera y se notaba que no llevaba sujetador, además tenía una super mini y tampoco llevaba medias. Nos saludamos de beso en la mejilla y fuimos directo al salón -ella había conseguido la película-. Ya en el salón, comenzamos a ver «eso» que para mí era totalmente nuevo y ademas perturbador. Estábamos sentadas en sillas contíguas y al pasar cinco minutos yo estaba concentrada en la película cuando sentí la mano de mi amiga que se posaba en mi rodilla derecha; sentí un pequeño escalofrío pero pensé que era impresión mía y no más. Pero vaya mi sorpresa cuando al contrario de lo que yo esperaba, Rocío no quitó su mano sino que comenaó a subirla por mi muslo. En ese instante pensé en insultarla y salir corriendo, pero algo dentro de mí no me dejo hacerlo. La miré sorprendida y con algo de recelo, pero sin decirle nada,y ella al mirarme medijo: -Tranquila,Yamile, no te va a pasar nada.
Luego, su mano siguió subiendo por mi muslo y yo me empecé a calentar; su mano subió más y llegó a mi entrepierna; me acarició un momento por encima de mis panties y al sentir que yo ya estaba mojadita, subió hasta el caucho de mi panty y se introdujo entre este y mi estómago. Después comenzó a b ajar y me estaba excitando super hasta que llegó a mi cuevita, que fue cuando sentí como si me pasara la corriente. Entonces metió un dedo en mi cuquita y un gemido salió de lo más profundo de mi ser -de buenas y no había nadie por ahí cerca-.
En ese momento, Rocío se me acercó al oído y, besándomelo, me dijo: -Yami, estoy enamorada de tí desde el primer momento que te ví. Quiero hacerlo contigo y tu coñito me dice que tú también lo deseas. No sé por qué no salí corriendo, como supuestamente lo hubiera debido hacer; en vez de ello, mis labios se aproximaron a los de ella y nos dimos un majestuoso beso en el que dejamos que nuestras lenguas se internaran en lo más profundo de las bocas y, a medida que nos excitábamos, nos íbamos desnudando la una a la otra.
Al quedar totalmente desnudas, ella me recostó en una silla y me empezó a besar los labios, el cuello, las orejas,los senos y allí me mordisqueaba sensualmente los pezones yo me excitaba super. Luego bajo por mi estómago y llegó a mi monte de Venus que estaba totalmente mojajo; se agachó un poco más y su maravillosa lengua se introdujo en mi vagina haciendome sentir como nunca, ni siquiera como cuando me masturbaba en mi cuarto.
Luego me metió un dedo y otro y otro y otro, hasta que los sacó todos, empuño la mano y me introdujo toda aquella carne por mi rajita. Por supuesto, ya me había venido como dos veces más. Yo me movía atrás y adelante y sentía un placer que !ay!.
De pronto, ella se paró y sacó de su maleta un consolador con dos puntas; me miró y dijo: -esto sí te va a poner a mil, mi amor. Me dijo que me diera la vuelta y lo hice, me agaché un poco y de repente sentí uno de los dedos de Rocío que entraba por mi ano.Luego ella me metió las dos puntas del aparatejo aquél; una por el culo y otra por el coño. Me los movió varias veces simulando una cogida y de pronto me dijo: – Querida, hazlo sola un momento. Se apartó y empezó a masturbarse sobre el escritorio que había allí. La miré y eso me excitó aún más: me corrí como dos veces. Me saqué las dos puntas y, como si fuera una zombie, caminé hacia ella. Me hinqué un poco y comencé a chuparle su preciosa cucota; jugué un poco con sus labios y le introduje la lengua; ante esto -además de todo lo que me había hecho, me hizo sentir su deliciosa corrida, me empapó con sus flujos y me hizo calentar otra vez; entonces, mientras le metía una punta por el coño, yo me metía un dedito en mi chochito.
Después ella giró y le metí dos de mis dedos en el culo, a lo que siguió la metida de las dos puntas igual que ella lo hiciera conmigo; y mientras tanto yo gozaba como loca chupándole las tetas y metiéndome dos dedos por mi raja. Nos vinimos al tiempo y nos fundimos en un novelesco beso.
Luego nos vestimos (ella se puso mi panty y yo el de ella), sacamos la película -que nunca vimos- de la casetera y salimos de la U. Nos fumamos un cigarro entre las dos, mientras esperábamos a Carlos, y al llegar éste nos despedimos con un besito en la mejilla.
En el trabajo nos fue muy bien, pero lo mejor fue haber conocido el sexo con ella. Lo hemos hechos tres veces más -que ya les contaré- y me siento feliz,felíz……..
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