Nunca pense que la sobrina de mi mujer fuera insaciable en la cama con apenas 14 años.
Quiero aclararles que no soy pedófilo o similares, al menos nunca han sido mis deseos principales. Admiro a pequeñas chicas que son desarrolladas para su edad o que visten muy sexy, aun con cuerpos de adolescentes, pero no me masturbó pensando en ellas.
Esta historia inicia cuando Abigail (aby), sobrina de mi esposa, hija de una prima, se mudó a nuestra casa, porque según sus padres en el pueblo donde vivían la educación era muy mala y querían ponerla en un establecimiento de mejor calidad aqui en la ciudad.
Aby tiene 14 años, piernas y cuerpo delgado, pero tenia una nalguitas bien hechas, tez morena clara, con pocos senos. Carita de ángel.
Al pasar el tiempo se fue formando una buena relación entre ambos, sin embargo cuando mi esposa no estaba en casa yo veía que sus atenciones eran mayores, me abrazaba, se montaba sobre mi, esta niña me coqueteaba todo el tiempo!, se sentaba en mis piernas y se movía como restregando su colita sobre mi bulto. Como si sus hormonas ya la estuvieran preparando para ser mujer. Y claro, mi falo respondía y se erectaba al máximo cada vez. Otras veces andaba por la casa, descalza, solo con una camiseta larga, sin falda, dejando ver sus delgadas y torneadas piernas. Aby también tenia unos pies bien sensuales, pequeños, finos y con las uñas siempre bien pintadas, que me excitaba verla descalza, había cierto aire de erotismo.
Bueno, cierto día en la oficina me ofrecieron un “IPOD”, o esas cosas para oir música y ver videos. Aby siempre había deseado uno de esos. Ese día mi mujer había ido a visitar a su hermana a otra ciudad cercana, regresaría al día siguiente.
Estaba en mi habitación cuando llamé a Aby, llegó con una mini negra que dejaba ver claramente sus muslitos y en ocasiones sus braguitas y una camiseta sin sujetador. -Cierra los ojos tengo algo para ti! – le indiqué; Aby cerró sus ojitos, y sacó el empaque del aparato, -puedes abrirlos!-, le dije. Aby abre los ojos y sonrié y pega un grito que se pudo escuchar en toda la casa. Se abalanza sobre mi, caigo de espaldas a la cama y ella sobre mi, me ira a los ojos y me da un beso rápido en la boca, lo cual me hace estremecer, calentándome todo el cuerpo. Instintivamente la jaló hacia mi, y ahora quien le da el beso soy yo. Nuestras bocas se juntaron con furia y nos quedamos un minuto prendidos, yo estaba que ardía, esta chica me estaba provocando una fuerte erección.
-Esto es malo!!- me dijo Aby al desprenderse de mi boca.
-Por qué?- le contesté
-Porque eres mi tio- me volvió a decir.
-Tu eres sobrina de mi mujer, pero tu y yo no somos parientes directos- le dije.
Ella se sintió aliviada con lo que le respondí y seguimos besándonos sobre la cama, los besos se fueron tornando mucho más apasionados. La desvestí hasta dejarla completamente desnuda, ella no puso ninguna resistencia. Pude apreciar una cuquita con escaso vello pubico. Sus senos era muy pequeños, pero duritos con pezones paraditos. La empecé a besar y lamer por todos lados, desde los dedos de sus pies, los cuales lamí uno por uno, hasta sus orejitas, bajé también la lengua sobre y entre su rajita pasándosela de su vagina a su clítoris, luego lamí su culito rosadito. Que delicia de chiquilla!!. Aby gemía como una loquita, y exclamaba -No pares tio!!, no pares!-, -hazme tuya tio!- Te amo!-, eso eran algunas cosas que balbuceaba mientras la chupaba por todas partes, No satisfecho la volteé y le hice lo mismo a su espalda, llegando a sus nalgas que besé y lamí, hasta sus pies.
Aby se dejaba hacer de todo sin resistencia, doblaba su espalda o gemía para liberar su excitación.
Me aparté un momento y me quite toda la ropa, ella miró asombrada la erección que tenía, ya que era total, posiblemente no había visto muchas.
La agarre de sus tobillos delgados con una sola mano y los levanté, eso hizo que se le viera todo el esplendor de su rajita ya mojadita y su ano, le volví a hacer sexo oral, esta vez abriéndole los pliegues de su vaginita, introduje la punta de mi lengua que recorrió todo su clítoris, para luego chuparlo con los labios, Aby gimoteaba fuertemente y doblaba su espaldita gozando la mamada que estaba recibiendo. Yo ya quería cogerla, pero aguante unos minutos más mientras su vaginita se dilataba otro poco, ya que era muy estrechita.
Ya desenfrenado tomé mi verga y la puse en la entrada de su vagina, -despacito tío, soy virgen!- me dijo Aby excitadísima.
Me detuve un rato, pensando en lo correcto, pero ganó la calentura que ya tenía. Le pase varias veces el glande por entre sus labios vaginales, eso la excitó aún más, luego lentamente la fui ensartando, en ese momento se convirtió en mujer, mi verga iba abriendo por primera vez su gruta. Aby pataleó, gimió y gritó al sentir mi verga entrando en su cuerpecito. -Me duele, me duele!!- me gritaba. Yo ya no oía razones esta enardecido, la termine por penetrar hasta el fondo, hasta que mi verga desapareció por completo en su vagina y mis cojones eran lo único que quedó afuera. Antes de bombearle mi falo, esperé a que le pasara el dolor, luego la penetre con el mete-saca común, me eche sobre ella para mamarle sus tetitas, las cuales cabían casi por completo en mi boca, las chupe, las succioné con fuerza. Por lo apretado de su coñito, y por lo erótico del suceso, después de solo quince minutos de estarla follando, me vine a chorros dentro de su vagina. La leche salía de su vaginita y mojaba sus muslos y la cama. Aby no era ajena y ya había terminado unos segundos antes que yo.
Sin perder tiempo, me la puse de lado y yo tras de ella, le levanté una de sus piernitas y la penetré de nuevo en su vagina, esta posición es una de las que más me gusta, le hundí la verga hasta el fondo y con los dedos le estimulaba su clítoris, en pocos minutos Aby estaba de nuevo teniendo otro orgasmo, con el cual eyaculó una gran cantidad de líquidos vaginales mezclados con sangre que mojaron toda mi verga erecta. La seguí cogiendo de ese modo por un buen rato, besándole y mordiéndole su espalda y cuello, finalmente deposité otra gran cantidad de esperma en su interior.
Nos separamos, tenia un sentimiento de culpa por lo sucedido. Ella se fue a lavar el semen y la sangre que salía de su rajita. Fui a verla al baño, pero ella me dijo que estaba bien, que le había gustado lo que habíamos hecho y me dio un besito.
Por la noche, Aby durmió conmigo, nos besamos hasta calentarnos nuevamente, le coloque un anestésico local en su vaginita para que no le siguiera doliendo al coger. La energía de Aby era tremenda, resultó que era incansable y calientísima en la cama, follamos casi toda la noche, con pocos descansos, la penetré hasta el cansancio en al menos unas seis posiciones, en cada una ella se vino obteniendo ricos orgasmos, prácticamente se comió toda mi verga, jadeaba tanto que algunos vecinos la habrán escuchado en el silencio de la noche y se hicieron la masturbación. Le chupe todo su culito mientras le metía dos dedos en su vaginita. La nena siempre pidió más. Asi también aprendió rápido a mamarme la verga y lo hizo tan bien que me vine en su boca y se lo tomó todo.
Terminamos cansadísimos en horas de la madrugada, que bueno que al otro día era fin de semana y no se trabajaba, porque no hubiera tenido fuerzas ni de levantarme. Aby era insaciable en la cama, siempre pedía más y más.
Después de ese día, supimos dos cosas, que seguiríamos cogiendo, y que ya no podíamos hacerlo en la casa; ahora ella al salir del cole, se va a mi oficina, cierro la puerta y me siento en el sillón, hago que ella se siente de frente hacia mi, sobre mi verga y se la hunda hasta el fondo. Me cabalga rico, le chupo sus tetitas y nos venimos como animales. O a veces la pongo acostada en el escritorio o sobre él en cuatro y le empino toda mi verga adentro de su vaginita.
Hace poco le desflore su precioso y pequeño culito, le encantó, ahora me pide siempre por alli. Aby es una pequeña gran amante.
Mi secretaria ya sospecha algo, cuando anuncia a Aby me dice, –Sr…ya vino su nena– con sarcasmo-, y le contesto – Pásela adelante y favor de no molestarnos-.
También nos hemos escapado que nos encuentre mi mujer, ya que aprovechamos cualquier momento para besarnos y tocarnos cuando estamos en casa.
No se cuanto durará esto, ella ya cumplió 16 años y seguimos cogiendo rico, ahora tiene más cuerpo de mujer y me gusta cada vez más.
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