En cierta oportunidad, estando en Puerto Deseado (Sta. Cruz), durante el período de dos meses, «ella», que siempre va acompañada por siete hombres en el espíritu, dio paso a uno de ellos en mí, cuando la ofendieron tres embarcadizos entre 21 y 23 años. Esa noche me encontraba tomando un trago en la barra de un local nocturno, cuando uno de ellos se me acercó de manera irónica y desafiante apuntando con la avidez de hombría de todo varón producto del comentario de una persona acerca de mi personalidad y profesionalidad.
Debido a mi espiritualidad desarrollada, pude percibir su intención y fue como que pude captar palabra por palabra su pensamiento.
Fue como oír su voz interna y la exposición de actitud ante sus otros dos compañeros.
Me dijo:-«¿Me das fuego? Yo le contesté:-«Fuego tengo en el alma». De esa manera afloró su verdadera intención, tratando de seducirme como un tipo está acostumbrado a tratar a una pobre y triste mariquita.
Allí, mi serpiente femenina, enroscó su mente para que oiga mi voz y le dije con la sabiduría que solo ella posee:-«Estoy sola y muy aburrido, tengo plata y no sé ahora en qué gastarla».
Allí comprobé su intención maliciosa o ventajista en su pobre y triste inteligencia. Me dijo:-«Esperame un segundo»; y fue a sus amigos para regresar luego con ellos.
Me dije:-«Pues como pensaste que acostándote con éste mariquita ibas a sacarme ventaja, vos serás ella y yo seré él contigo». Me propuse a sus amigos hacerles parir de placer y así lo hice.
Cuando llegaron a mi, pagué bebidas fuertes, de manera que mi yo divino los tomase. A las dos horas y media, estuvieron bajo mi influencia y poder. Así, me los llevé al lugar donde estuve parando y broté mi orgasmo a la manera más cruda, como se puede tratar a un esfínter virgen, pero con el pleno deseo de hacerlo disfrutar. El otro, que no comprendía nada, quedó anonadado con mi actitud pero así en mí estuvo ella otra vez, para hacerlo terminar en mi garganta sin amigdalas. El tercero, más humilde, mereció mi compasión y lo traté como solo ella sabe tratar a un hombre para hacerlo disfrutar al final con un falo de 18cm.
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