Nos fuimos al baño. Me acoste en el suelo y ella me monto. Sus nalgas en mi boca y el clitoris humedo me quedaba en la boca ¡hay como olia de rico esa raja adorada!
Deseoso una vez de una mujer inolvidable, en una ciudad de esta america, le pedi a una mujer morena, encantadora, de unos treinta y cinco años de que fuesemos a hacer el amor y que me diera de su caquita.
Fue rico. La noche anterior ni dormi, mi verga se paraba, queria correrme presagiando ese momento inolvidable. Fui y le compre una fruta llamada pitaya que aligera.
LLegamos al motel, la desnude. Sus manos se aferraron de mis tetillas. Uy! me las apretaba rico. Como me seduce que me las apriten. Mi verga se paraba, mis manos se aferraban a sus pezones, mi boca lamia sus labios, sus orejas, su cuello.
Ella estaba de sandalias altas, encantadoras. Me incline, le lami su raja caliente, sudada, encantadora. Le bese sus pies, le lami sus dedos, el talon, me lleve sus zapatos a mi nariz buscando su olor divino, este olor me seduce, es ricooooooo! Como adoro a esta negra hechizante y satanica!
Nuestro cuerpo hervia. Pelo la pitaya, comio dos de estas frutas y nos quedamos viendo una pelicula porno mientras mas y mas nos exitabamos.
Como alos 20 minutos me dijo «amor ya… rico ya…»
Nos fuimos al baño. Me acoste en el suelo y ella me monto. Sus nalgas en mi boca y el clitoris humedo me quedaba en la boca ¡hay como olia de rico esa raja adorada!
Esa manaña estaba estaciado esperando ese momento divino, el mejor, el mas bello, aunque la sociedad de clase lo censure y condene, fue hechizante.
«ya mi amor ya viene» y empezo a abrirse y a salir aquella caca dulcisima, encantadora, caliente, seca, rica. Es lo mejor que he probado en mis años.
La recibi en mi boca, la comi con pasion, despacio, lentamente, ¡que encanto!
No hubo ni nauceas porque lo iba a haber si mi alma me lo exigia, si era el rito satanico mas bello de mi existencia.
Me la comi toda, la palpe con mis dedos, me la unte en las tetillas. Cuando termino le lami ese culo. La caca estaba aun pegada de mis dientes ¡que sabor tan rico a hierba!
Haced la prueba, si no lo habeis hecho.
Mi verga ya no era mi verga, era la de un gigante; estaba irritada, candente, estaba poseida por mi maestro satanas y por cientos de hombres de generaciones pasadas que han vivido rico.
Me masturbe con ella. Le lami ese clitoris rico. Me corri como un burro ¡que leche tan caliente! El deseo no era deseo, era fuego de volcan, lava hirviente. Esa mujer, con esa caca, con la orina que me ha dado, con los cueritos de sus pies que me he comido cuando se los arregla, con la mestruacion que de ella he bebido, con la forma de escupirme el rostro cuando lo hacemos, con la leche que me ha dado de sus pechos.
Vive en mi, la adoro, la llevo en mi sangre y comparto esto con los lectores para que os abrais a las nuevas tendencias, al hechizo del sexo y comais de la mierda, de los orines de vuestras mujeres, es el rito mas encantador que he conocido. Ella quedo feliz, realizada, unica y recuerda esa excena con amor inolvidable. Ya he comido de su caca como cuatro veces, cada vez me gusta mas…..
La chica o mujer que ame esta narracion escribame si le es facil a
Me encantaria adorar mujeres que tengan este gusto exclusivo.
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