Perros, caballo, hombre, todos pasaron por ella
Este hecho pasó hace dos primaveras, yo tenía una amiga del colegio, Esperanza, a la cual tras pasar al instituto ambos nos separamos, pues cada uno eligió uno.
Pero tras no tener contacto, una noche coincidimos en un bar, estuvimos hablando un largo rato, y quedamos para el otro día, para tomar café. Con esta chica fue con la que emprendí mis primeros pasos sexuales, pues nos divertíamos frecuentemente haciendo de médicos, ella me acariciaba el pene jugando y experimentando nuevas sensaciones y yo magreaba su coñito.
Al otro día, nos sentamos en una cafetería, ella llevaba una minifalda mostrando sus hermosas y largas piernas, una blusa blanca con bastante pocos botones cerrados, era castaña, sus labios eran carnosos, era mona, sus pechos eran redondos, con unos pezones que se clavaban en la camisa, el culo era amplio, quizás lo peor de ella.
Empezamos a hablar de los estudios, de la familia, de nuestras vidas, hasta que ella empezó a hablar sobre sus andanzas sexuales, de sus novios, de que tomaba la píldora por si las moscas, eso me dejó pensativo, tenía que tener bastante sexo seguramente.
Después dimos un paseo, mientras hablábamos, hasta que llegamos a la puerta de su chalet, uno de los más grande de Huelva, me dijo que sus padres no estaban que se fueron a Cádiz que pasara, el chalet era muy grande, una gran casa, un porche muy grande, y por detrás tenía bastante terreno, incluso un establo, estaba cerrado con un alto muro para que no pudiera haber mirones.
En ese momento se nos abalanzaron dos doberman, que ella empezó a acariciar, me dijo que se llamaban el macho Rocky y la hembra Ilinea, nos sentamos en el porche, con los dos perros alrededor, y tras un poco de charla, nos miramos, y empezamos a besarnos, para seguidamente pasar a tocarnos nuestros cuerpos, amasaba sus senos, los cuales estaban duritos, ella me acariciaba el torso, a continuación empezamos a quitarnos la ropa, los animales se quedaron a dos metros mirando fijamente, quedamos ambos desnudos, nos quitamos rápidamente toda la ropa, estábamos sentados en el porche, en un sofá de madera.
Al momento, ella se dejó caer, quedó tumbada en el sofá, y me dijo que me comiese el postre, me quedé sorprendido, pero me agaché, y empecé a darle lametones de arriba abajo, lo chupaba con desesperación, incluso le abría el culo con mis manos, y hacia llegar mi lengua hasta allí, se volvía loca, gemía de placer. Tras estar muy mojada, se incorporó, después se agachó y empezó a chuparme mi polla, se la tragaba con desesperación, estaba muy caliente.
Tras un rato así, ella levantó la cabeza, miró a Rocky, el perro, y le hizo un gesto, Esperanza se puso en el suelo a cuatro patas, y el doberman se montó inmediatamente sobre ella, para seguidamente meterle su tranca, ella me miró y me dijo en voz baja, que me tranquilizase, que siempre lo hacíamos así, a la vez le dijo algo a Ilinea, la perra, y ella se vino hacia donde yo estaba, y ella empezó a chupármela, sacaba esa enorme lengua y recorría todo mi pene, mientras Esperanza seguía siendo penetrada, se veía la tranca del perro salir y entrar de su coñito, Ilinea me la lamía, y Rocky ensartaba sin parar a ella.
Esperanza seguía gimiendo, hasta que no pudo más, y tuvo su primer orgasmo, gritaba descomunalmente, tras esto el perro se desprendió de su coñito, y se quedó a unos metros expectante, a mí me la seguía chupando la perra, hasta que pasados unos minutos, me levanté, y aprovechando que Esperanza aun estaba a cuatro patas, me puse a su espalda, y se la coloqué en la entrada de la abierta vagina, y a continuación la penetré, entró fácilmente, y salía igualmente, estaba muy mojada esa cavidad.
Mientras yo la penetraba, Ilinea, la perra, se vino hacia mí, y continuó chupándome los testículos, momentos después, Esperanza llamó a Rocky, lo puso delante de ella, y mientras yo me la follaba, ella le agarró la tranca al perro y se la empezó a chupar, yo veía eso y la metía más y más, como enloquecido, la perra no dejaba de chuparme los testículos y el culo, y el perro disfrutaba mientras su dueña se la comía, ella estaba descontrolada, tenía un orgasmo tras otro, hasta que yo igualmente vacié mi semen en su vagina, tras un pequeño rato, se la saqué, y allí se veía todo su coñito chorreante, e inmediatamente, los perros se lanzaron sobre Esperanza, disputándose quien chupaba primero, lamían el coñito como fieras, hasta dejárselo limpio, seguidamente quedamos tirados, y fuimos a dentro a asearnos.
Estuvimos toda la tarde allí, hasta que pasadas unas horas, y tras enseñarme la casa, me dijo que me iba a enseñar la parcela, los perros alrededor, estuvimos viéndola, nos tocábamos nuestras partes, ella me metía la mano en el pantalón y agarraba mi polla, eso me calentaba, yo se la introducía a ella y le tocaba su excitado coñito, hasta que finalizamos la visita en el establo.
Allí había un caballo, y sorprendentemente, tras ver a Esperanza, le empezó a crecer la tranca, se notaba que ya le había hecho cosas, ella me dijo que el problema de Tritón, así se llamaba el caballo, era que la tenía muy grande, y que no le entraba en el coñito, ya lo intentó y no se podía, por lo que solo podía masturbarlo, y que a veces lo hacía. Seguidamente se acercó al caballo, le agarró la tranca con ambas manos, y empezó a frotarlo, mientras ella lo hacia me dijo que la fuera desnudando, me acerqué y le quité la minifalda, después las braguitas, seguidamente la blusa, y finalmente el sujetador.
Estaba totalmente desnuda masturbando a Tritón, se pasaba la tranca por los pechos, por el coñito, ella era una maestra, atendía magistralmente a su caballo, después empezó a chuparle la tranca, pasaba su lengua por todas partes, manoseaba el enorme miembro, lo pajeaba celerósamente, a continuación, ella puso su boca en la punta, y empezó a succionar, se metía lo que le cabía, que por cierto era poco, pero el caballo lo agradecía, hasta que Tritón empezó a relinchar, y a tener unos espasmos terribles, ella muy caliente aceleraba con sus manos y boca, hasta que el caballo soltó un baño de leche, mojó toda su cara, después bajó el miembro a su cuerpo, y continuó soltando leche, estaba empapada de semen del caballo, ella se reía de felicidad, soltó la tranca de Tritón, y llamó a los perros, se tumbó, y los doberman empezaron a lamerla, pasaban la lengua por todo su cuerpo, la dejaron limpia, sin restos.
Tras esto me dijo que si me había gustado la escena, le dije que sí, y me replicó diciéndome que estaba muy caliente, que a que esperaba para follármela, se volvió a poner a cuatro patas, me quité los pantalones, y se la metí por la vagina, pero tras unos cuantos envites, me la sacó ella de allí, me miró sonriente, y se la metió por su culo, ella gritó de placer, le quería destrozar más aun el ya maltrecho culo, me encantaba, ella disfrutaba, yo estaba en éxtasis total, estaba ensartada, y gemía de placer, con su mano me agarraba el culo, para que se la metiese más adentro, le estaba rompiendo el culo, y me moría de placer.
A continuación, Esperanza llamó a los perros, y me dijo que dejara un poco a Rocky, me quité de su culo, y dejé que el perro penetrara el ano de ella, seguidamente agarró a Ilinea, me dijo que fuera hacia ella, cogió mi verga, y la introdujo en la perra, estaba follándome a su perrita, Ilinea bramaba con mi polla dentro, estaba muy apretada, hasta que el perro se corrió dentro del culo de Esperanza, quedándose el hinchado miembro dentro, sin poder sacarlo, ella me dijo que intentara sacársela, sabedora de que eso era casi imposible, se la saqué a Ilinea, y me fui hacia Esperanza.
Intenté separar al perro pero no era posible, había que esperar que se desinflase, así que me puse delante de ella, y le hice tragarse mi polla, ella descontrolaba, con la tranca de Rocky dentro, no dejaba de tener orgasmos, me chupaba la polla sin parar, hasta que el perro se soltó, entonces agarré la cabeza de mi amiga, y empecé a follarme su boca, cada vez más rápido, entraba hasta el fondo, hasta que me corrí, le llené la boca de leche, la cual caía por lo costados.
Terminamos tirados en la paja, complacidos y contentos, dormimos y al otro día me fui a mi casa, había sido una experiencia espectacular
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