Fue una noche de jueves, del mes de Agosto, como era usual en esos días, nos gustaba ir a los Moteles de la ciudad para tener sexo y ella pudiera sentirse toda una puta. Ella es una mujer hermosa, después de ella pienso que no hay mujer imposible, sino hombres incapaces. Tiene un cuerpo maravilloso, como a mi me gusta, 1,72, piel blanca, cabello castaño claro, una cintura diminuta que hace resaltar el tamaño delicioso de sus nalgas que son de modelo. Y como no! si desde jovencita ha sido muy deportista y cuida mucho su aspecto. Su espalda es suave como el resto de su piel, cuando duerme lo hace desnuda, lo cual me hace sentir afortunado cada vez que despierto y veo ese culo delicioso que muchos hombres de negocios, políticos y hombres importantes de la ciudad, que la pretenden quisieran coger! Tiene unos pechos pequeños, en comparación de su cola, pero son lo suficiente para darles una buena mamada; son muy finos, con aureola pequeña rosados y pezón chiquito. Son perfectos para lucirlos sin bra. Además de tener un físico natural que muchas mujeres envidian, también tiene un rostro hermoso, cara muy fina, labios carnozos pero acorde a la simetría de su rostro, y que decir de su abundante y larga cabellera que la hace ver muy sensual. Por sí fuera poco, es una mujer por demás culta, profesionista y empresaria. Por qué cuento esto? No es por vanidad, ni por narcisismo, tal vez por algo de presunción que todos los hombres tenemos. Es toda una hembra, provoca con sólo una mirada, te vuelve loco con sus encantos, y pone duro a cual más con su caminar y su manera tan elegante y cachonda de vestir. Otro día contaré como la conocí en el gimnasio en el que entreno. Porque está es la clave para entender parte del relato. Hasta aquí la introducción. Prometo que la espera valdrá la pena. Saludos a los amigos, besos y chupaditas a las chicas!
Compartir la entrada "Pegame, que me calienta!"