Mi esposa y yo llevamos 8 años juntos, nos conocimos en la preparatoria, cuando nos hicimos novios jamas imaginábamos que nuestra relación duraría tanto tiempo, ni que nos casaríamos, pero sobre todo que llegáramos a los limites más extraordinarios en nuestra vida sexual al llevar a la realidad nuestras fantasías eróticas, y gracias a esto podemos presumir que nuestra vida como pareja es verdaderamente feliz y muy sólida. Pero esto comenzó prácticamente por accidente y de aquella primera ves es lo que quiero contarles.
Nuestra vida intima desde el principio inicio bien, ambos teníamos muchas inquietudes sexuales y ninguno había tenido experiencias plenas antes, podemos decir que éramos «vírgenes» los dos. Desde las primeras exploraciones de tacto y demás sentidos hasta nuestro primer coito, siempre lo platicamos nos informábamos y sobre todo nos comunicamos nuestros gustos; así fue como fuimos experimentando algo mas cada ves, cuando empezamos a vivir juntos fue cuando dimos rienda suelta a nuestro desenfrenado gusto por el sexo.
Siempre nos han gustado mucho las películas pornográficas y pues nos surgió el deseo de estar en una así que decidimos filmarnos haciendo el amor. Obtuvimos una cámara de vídeo y comenzamos a hacer pruebas, pero no nos convencieron mucho, al tener la cámara en un solo lugar pues se perdían detalles, todo era muy estático y se perdía la continuidad al tener que mover o acomodar la cámara; pero muy lejos de perder el animo nos obsesionamos mas y solo había una manera, que alguien nos filmara ¿pero quien?
Debía de ser alguien de absoluta discreción y que nos inspirara confianza a los dos, empezamos a proponer, ¿hombre o mujer?, ¿amigo o pariente?, etc.; hasta que coincidimos en un compañero de su facultad que se amoldaba perfectamente, además de ser bien parecido y nos llevábamos muy bien con él. Primero hable yo con él, estaba algo extrañado y dudoso pero cuando se lo pedimos mi esposa y yo juntos acepto nervioso pero con gusto, y lo esperaba, es que mi esposa es sumamente atractiva y muy admirada y perseguida por los muchachos de su escuela, además de que he oído infinidad de veces comentarios como: «Esta bien buenota» «que me he de dar unas agasajadotas con ella» y la verdad es que si he podido saborear innumerables y suculentas agasajadas con ella. Total que le explicamos que queríamos que hiciera, hasta le hicimos un pequeño guión para que supiera como hacer las tomas según el orden de las posiciones que haríamos.
Pues el día acordado llegó nuestro amigo (lo llamaré Dek), el no parecía estar nervioso al contrario creo que mi esposa y yo si nos sentíamos nerviosos, así que comenzamos a instalar el equipo de vídeo, y mientras mi esposa se fue a cambiar de ropa, yo le di a Dek las ultimas instrucciones. Comenzó la filmación, iniciando con mi esposa entrando a la recamara muy bien arreglada y con un vestido ajustado luciendo su complexión media muy bien proporcionada, su pelo negro lacio a media espalda, y con la falda muy corta se apreciaban esplendorosamente sus torneadas piernas de concurso. Se quitó el vestido muy sensualmente y es dejo ver su exquisita piel morena, de un tono de bronceado permanente, y lucia una provocativa lencería de la que se fue despojando poco a poco, recorriéndose con sus manos todo su cuerpo, y así quedo totalmente desnuda y recostada sobre la cama mostraba a la cámara como se masturbaba, en realidad parecía una actriz porno profesional yo tenia que esperar unos minutos mas para que ella se siguiera luciendo en varias poses ante la cámara, mientras me fui desnudando; yo ya estaba brutalmente excitado y de momento me acorde y pensé como se sentía Dek de estar contemplando ese espectáculo; llegó mi turno y me incorporé a la escena e inclinándome sobre la cama comencé a recorrerla con mis manos al tiempo que le untaba con aceite todo su cuerpo, la fui recorriendo con mi boca, ensalivándola hasta detenerme en su jugosa vagina la cual ya escurría pequeñas gotas de su exquisito liquido de lubricación. Después de unos instantes ella me correspondió de igual forma, empapándome de aceite y tragándose por completo mi firme y erecto pene, tomamos la pose del 69 y nos mamamos frenéticamente la excitación que sentíamos se había incrementado muchisimo al sentirnos observados por la filmación y por el hecho de estar realizando una excitante fantasía. Me puse sobre de ella y la penetré, de aquí nos envolvimos en un frenético intercambio de posiciones y con nuestros cuerpos bañados en aceite nos deslizábamos fácilmente para alcanzar a fornicar en el mayor numero de poses posibles. Casi nos habíamos olvidado de Dek, a pesar de que se movía continuamente para cambiar el ángulo de enfoque, para hacer tomas abiertas o acercamientos de «close-up» de nuestros sexos en acción pero notamos algo cuando estabamos en la pose en la que ella esta en cuatro patas y yo la penetraba por detrás, y nos dimos cuenta que Dek ya no soportó mas la tensión de su excitación y sin hacer ruido se había desabrochado su pantalón y se masturbaba con una mano mientras seguía la filmación con la otra, mi esposa y yo no dijimos nada ella solo gemía y pujaba de excitación y placer, me incline sobre la espalda de ella para masajear sus senos al tiempo que seguía penetrándola, le lamía y besaba el cuello y le susurre al oído «mira ya no se aguanto». Ella solo se rió con la gran excitación que teníamos todavía no sé por que se me ocurrió pero le dije: «¿no se te antoja tocarlo?» Volvió a responder solo con jadeos y una risita, yo voltee a ver a Dek y le dije: «¿Quieres que ella te ayude con tu masaje?» Entonces si que puso una cara de sorpresa y solo respondió que como nosotros quisiéramos, ella levantó una mano y le hizo la seña de que se acercara, yo le dije que dejara la cámara en el tripíe; se paró en la orilla de la cama y mi esposa con su femenina y sensual mano le empezó a masajear su pene y testículos, después de unos momentos le volví a hablar al oído y le sugerí: «¡ hasle el sexo oral como nadie se lo ha hecho nunca!» Y mientras me enderezaba y la agarraba por sus caderas para segur penetrándola, ella rápidamente se acomodó y con una sonrisa picara empezó a recorrer toda la longitud del pene de Dek con la lengua y de pronto lo trago completo hasta tener sus labios rozando sus testículos: Dek no decía palabra, solo resoplaba y gemía de placer al tiempo que tímidamente acariciaba la nuca de mi esposa, mientras el la le mamaba con fuerza y se oían escandalosos los chupetones y chasquidos de saliva que ella hacia en su pene; yo ya estaba llegando al limite de la excitación, así que le pregunté a Dek si cambiábamos de lugares. Me salí de la vagina de mi esposa y mientras nos acomodábamos le pregunté suavemente: «¿estas contenta?» Respondió: «¡muchisimo, te amo!» Le sonreí y bese tiernamente y le dije que se recostara que yo descansaría un momento, «aja» me contestó; así que me senté en un sillón a un lado de la cama y observé como ella se recostaba sensualmente en la cama y lentamente abría al máximo sus hermosas piernas para mostrarle y ofreserle plenamente su deliciosa vagina bien abierta a Dek, ella solo le dijo suave pero firmemente: «no me vayas a besar en la boca» y el acepto sumisamente. Así contemple a mi esposa siendo penetrada por otro hombre, y yo no experimentaba en lo mas mínimo algo de celos o coraje ni nada parecido, entre ella y yo existe la completa confianza y seguridad de que nos amamos, y pues como no me iba a amar si la complazco con semejantes regalotes ¿verdad?. De esta forme contemplé el frenético vaivén de ellos y pues mi excitación me pedía mas, así que le ofrecí mi pene a la boca de mi esposa y lo acepto muy gustosa; intentamos sincronizarnos los tres para que Dek y yo termináramos al mismo tiempo y mi esposa quería que fuera en su boca, pero nos falló por un poco y eyaculé unos segundos antes que Dek, pero esto sirvió para que mi esposa se bebiera completamente nuestros tibios líquidos.
Descansamos un buen rato mientras platicábamos de lo sucedido, Dek nos preguntaba y comentaba sus inquietudes; pero como a la hora nos excitamos de nuevo y comenzamos otro encuentro entre los tres. Esta vez mi esposa nos daba las indicaciones de que y como hacerlo, nos volvió a disfrutar al tenernos a uno en la boca y otro en la vagina, pero esta vez le sugerí la penetración doble, la acepto, así que me recosté en la cama y ella se montó en mi, se insertó mi pene en su vagina y se inclinó hacia mi para que su ano quedara mas accesible para Dek, el se puso un condón y al tiempo de estar acariciando la nalgas de mi esposa empapo el trasero su pene y el trasero de mi esposa con un lubricante, se acomodo y poco a poco insertó la cabeza de su pene en el ano de mi esposa, ella de indicaba que lo hiciera poco a poco, hasta que se hundió completamente. Con un gran frenesí nos cogíamos a mi esposa rítmicamente, uno entraba y el otro salía, ella gritaba fuertemente pero no de dolor sino!
de placer, estaba poseída y fuera de sí, gemía y babeaba, me besaba y lamía la cara y entre pujidos me decía: » es lo mejor del mundo,… ¡aah!…, gracias,… te amo,… ¡aahh!…siento que me voy a deshacer…» y frases parecidas. Ella nos decía si más rápido o más lento, o de repente ella se agitaba y se mecía sobre nuestros miembros completamente insertados en ella, así hasta que los dos eyaculamos en su interior.
Al terminar nos relajamos y dormimos durante horas; despertamos y Dek tenia que irse, así que nos despedimos y le agradecimos: Mi esposa y yo después de cenar i darnos un baño, nos fuimos a la cama para descansar, platicamos de lo sucedido y nos regocijamos de lo bien que había salido todo, después hicimos el amor a obscuras y de la manera más suave y románticamente posible, nos amamos y decidimos llevar a cabo más fantasías después, así que luego les platicaré, y de parte de los dos le deseamos lo mejor y hasta luego ¡bye!
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