Esto me sucedió hace 2 años cuando me encontraba en la finca de mi padre, yo tenía para ese entonces 14 años y esa era la segunda vez que tenía sexo con una chica, esta experiencia me pareció la más caliente y la que más me hizo sudar, como les dije anteriormente estaba trabajando en la finca de mi padre, montado en un caballo blanco de fina estampa, cuando de pronto fui al río a buscar agua para el caballo ya que estaba sediento y yo también. Cuando arribamos al río se estaba bañando desnuda una mujer espléndida, pero ella estaba de espaldas, tan solo en esa posición en la que se encontraba pude ver la punta de sus pezones que hicieron que por mi mente pasaran las más elocuentes fantasías que jamás habia tenido.
Hasta ahora ella no sabía de mi presencia allí y yo tampoco quería que se diera cuenta, porque no sabía como iba a reaccionar, pero eso no duró mucho ya que mi caballo hizo uno de esos ruidos con su boca que enseguida la mujer, bueno en realidad era una muchacha que yo le calculaba unos 16 o 17 años, se volteó hacia mí y quiso taparse, yo le pregunté que que hacía ella bañándose en nuestro río y además desnuda, pero ella me respondió con una sonrisa pícara de esas a las que no te puedes negar, procedí a amarrar a mi caballo en un árbol y me empecé a quitar la ropa, ella con su mirada ya me había empezado a desnudar. Para ese entonces mi pene ya estaba totalmente erecto y un poco húmedo con ganas de penetrar a ese mujerón que me había hecho excitar tanto, me metí al agua desnudo y la tomé por el cuello y procedí a besarla con fuerza cuando de pronto siento que me toma de mi guevo y lo empieza a acariciar, y me dice «Mejor vamos para la orilla que en el agua se hace un poco incómodo», a lo que yo accedí sin pensarlo 2 veces. Estábamos ahí tirados los dos en la arena y yo empecé a chupar esas tetas que parecían dos balones de fútbol, estaban paraditos y redonditos, sus pezones eran rosaditos y bien erectos, estaban uuuuuummmm ricos, los chupaba uno a uno muy despacio y a ella le gustaba mucho porque mientras yo lo hacía gemía y daba gritos de placer y a su vez se frotaba el clítoris como suplicando que la cojiera de una buena vez.
Yo estaba muy excitado para entonces y le puse mi guevo en su boca y sin pronunciar ni una palabra ella respondió a mi petición, empezó a chuparlo de arriba a abajo tenía una garganta profunda se introducía hasta las bolas, lo lamía mientras yo manoseaba sus tremendas tetas que fueron la razón de mi excitación. Fué tanto el placer que me produjeron sus mamadas que acabé en su boca, a lo que ella no le prestó mayor importancia y enseguida me pidió que se la chupara a ella ya que quería que la penetrara, yo cedí gustoso y empecé a buscar su cuca, estaba peludita, calientita y muy húmeda, justo como la quería, estaba deliciosa. Aparté sus labios con mi lengua y empecé a mamarlos de arriba a abajo y de pronto ella tuvo un orgasmo y llenó mi boca de flujos, los que saboreé con gusto, seguí en mi trabajo de lamer ese coño tan grande y abultado. Metí mi lengua en lo más profundo de su cavidad y encontré su clítoris, era delicioso ¡¡Es que me acuerdo y me dan ganas de hacerme la paja!!! Estaba jugoso y ella se movía al ritmo de mi lengua y gritaba de placer, hasta que me pidió que la penetrara que estaba muy excitada y se me montó encima así como yo estaba hace 30min en mi caballo, ahí si pude sentir lo que sentía mi caballo cuando yo lo montaba con la diferencia de que esto si era placer. Ella no aguantó más y tuvo otro orgasmo, el que sentí rozando la parte lateral de mi pene y bajando lentamente hacia mis vellos, ella estaba galopando sobre mi, lo hizo muchas veces hasta que me pidió que se lo metiera por el culo, pero como yo nunca lo había echo por el culo me quedé como paralizado y me preguntó «¿Nunca lo has hecho?». Yo traté de evadirla pero ella insistió y no me quedó mas remedio que decirle la verdad, y ella me dijo, «Siempre hay una primera vez», luego de decir esto se abrió lo mejor posible para darle paso a mi verga que se venía con todo. Lo metí y fué todo un éxito, mi pene estaba muy apretado ahí dentro, pero sentía un placer tremendo, ella gritaba de placer o tal vez de dolor, pero no se quería apartar de mí ni un segundo, después de tanto y tanto saqué mi guevo de su apretado culo, y lo situé entre sus tetas que ella movía para adelante y para atrás haciéndome la paja «Rusa», y a la vez chupando mi puntica, me excité tanto que volví a expulsar todo mi contenido, fué como un cañón y le llené de leche toda la cara y ella saboreando todo mi semen como hambrienta, y mientras ella lo hacía, yo introducía 1, 2 y hasta 3 dedos en su mojada cuca.
Quedamos exhaustos de tanto que agotamos nuestras fuerzas, nos metimos al río de nuevo y nos aseamos mutuamente, desde ese día lo hacemos todas las vacaciones cuando voy para allá y cada vez más, lo hace más rico y ambos quedamos más cansados, ¿Por qué será?… ¡¡Piensen!!
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