Hola mi nombre es Jesús soy de Monterrey, México. He leído infinidad de relatos y esto me ha hecho animarme contar mis experiencias. Esto que sucedió fue hace apenas unas semanas en
Venezuela y sucedió así con una amiga que conocí por el chat un par de años atrás.
Nos acabamos de conocer después de 1000 y 1 horas de chat, su nombre por razones obvias omitiré pues no sabe que he escrito esto; me invito a ir a la playa queria tomar el sol y me sugirio un tramo que nadie visita, ella es morena clara atendiendo a sus raices portuguesas, trigueña pechos pequeños pero firmes y un par de piernas que no le piden nada a una Miss Universo coronadas por un estupendo par de glúteos dignos de ser admirados en cualquier poster o almanaque.
Total llegamos al lugar ella se tiro a la arena me dijo te gustaría darte un buen baño? Pero no traíamos bañador hacia calor y se empezaste a desnudar, pude ver su cuerpo a la perfección, veía sus curvas bien delineadas, te quitaste la falda y luego la blusa siguió su sostén y pude ver ese par de montañitas aperladas sus pezones erectos y coronados por una aureola morena me tenia boquiabierto pues nunca esperaba después de esto llegar a ver a esta chiquilla deliciosa que tanto me había inspirado en mi masturbación. Luego se volvió se quitaste su panty, era uno tipo bikini que dejaba ver su vientre perfecto un ombligo pequeño y coqueto y su pubis con una línea fina de bello que apuntaba a la entrada de su gruta.
Se dio la vuelta y corrió al mar y me grito que esperaba para alcanzarla luego yo me quitaba la ropa más torpe mente por la prisa de alcanzarle ella me gritaba que hacia allí sentado aun?
Cuando le alcance se metió mar adentro y desapareció de mi vista por un rato le buscaba y logre encontrarle tras de mí le tome empecé a besar su cuello y sus pechos, acariciaba su espalda morena y fui bajando hasta el pliegue de sus hermosas posaderas sentía fuego en las manos cada que pasaba mi tacto sobre su tersa y fresca piel. Me aferré a tus pechos con desesperación me quería comer tus pezones como si en ello me fuera la vida, ella emitía gemiditos me decía que no parara que siguiera, al mismo tiempo yo pasaba mis manos por sus perfectas nalgas le tocaba la línea que dividía es par de hermosas piezas de carne perfectamente moldeadas hurgaba entre ellas
Buscando tocar su pequeño orificio. Mi pene estaba erecto ella me lo tomaba con su mano y lo subía y bajaba en una forma que me hacia sentir que en cualquier momento explotaría.
Ella se soltó y nado, me fui tras de ella llego y se tiro a la arena mientras le seguía mojando las olas que rompían en la playa. Cuando le alcance comenzamos de nuevo le acariciaba toda se dejabas hacer disfrutaba en grande se le veía en su expresión empecé a quitar le la sal de su cuerpo con mi lengua inicie por sus pies subiendo por sus piernas que se habían convertido en mi delirio, una a una las recorrí todas sabían riquísimo no deje un solo espacio sin pasar mi lengua, probé sus tobillos, chamorros, me entretuve entre sus muslos carnosos y firmes era una visión preciosa cada que le pasaba la lengua gemía y se estremecía luego me concentre en su monte de venus abrió sus piernas dócilmente y me permitió admirar ese preciado tesoro empecé a buscar su clítoris con mi lengua mis dedos abrían ese par de pétalos rosados y húmedos metía mi lengua en su cuevita sentía su calor interno y el perfume de hembra llenaba mi nariz, jugaba entrando y saliendo con mi lengua estaba muy húmeda, sentía un sabor salino de sus jugos ese sabor que me enloquecía y me hacia actuar con mayor rapidez, se estremecía toda arqueabas su espalda, yo seguía con mi lengua
No paraba estaba desbocado cuando sentí un chorro en mi cara se habías venido, alcanzaba su primer orgasmo, me apretaba contra sí con sus preciosos muslos, me sentía morir del calorcito tan agradable que sentí en mi cara me safe y pase mi lengua por su ombligo me decía que siguiera que no me detuviera seguí jugando con el, subí hasta sus pechos primero me lleve uno a la boca mientras con una mano me apoderaba del otro mordía esos pezones duros como cerezas gemía el solo oírte hacia que mi pene me doliera de tan erecto que estaba, babeaba de la excitación que sentía al escucharle luego me apodere de su boca sabia a gloria jugaban nuestras lenguas entrelazadas, sus labios, maravillosos, por fin se me cumplía el deseo de besarlos le besaba el cuello la nuca sus piernas me empezaron a aprisionar por mi cintura ya no aguantaba en eso me empujo y me puso bocarriba me pasaste tu lengua por mi pecho me mordía los pezones con fuerza hería pero a la vez se sentía placer, bajo hasta mi pene lo tomo en sus lindas manos lo acariciaba de arriba a abajo con ternura y delicadeza para luego hacer lo que soñaba por mucho tiempo se lo metiste a la boca lo mordisqueaba, chupaba, lamía parecía que disfrutaba de un caramelo recorrías desde la bolsa de mis testículos hasta la punta del glande limpio con su lengua el lagrimeo que salía
De el se metía mis testículos a la boca uno a la vez succionabas con fuerza me sentía venir en cualquier momento arrojaría mi leche, ella apretaba mi pene con fuerza para retardarme ya no aguantaba cuando se recostó en la playa de nuevo y me suplico le penetrara, me coloque encima suyo entro mi miembro en su gruta era una sensación riquísima, era el paraíso sentí como con sus labios inferiores me apretaba cada vez que le embestía yo ya no aguantaba me puse como caballo desbocado y me movía mas rápido a la vez, cuando sentí que algo caliente me bañaba el pene me corrí dentro suyo sentía como mis testículos parecían bombas y explotaban arrojando todo mi liquido dentro de su cueva, como si mi vida estuviera en juego por ello gritaba enterraba sus uñas en mi espalda Con sus piernas hacía mas presión hacia ella estaba alcanzando su tercer orgasmo me tenia hasido con sus piernas como tenazas y mis testículos respondían bañándole con otra generosa ración de mi leche era suyo cuando sentí como me bañaba de nuevo, quede allí recostado sobre ella aun entre lazados besándonos no recuerdo cuanto tiempo paso cuando nos despegamos nos bañamos en el mar acariciándonos tiernamente el uno al otro, nos vestimos y nos fuimos de allí.
Tuve que volver a México pero sigo en contacto con ella y prometimos ir a ese lugar que es nuestro santuario particular a volver a repetir la entrega.
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