Llegaba a aquella ciudad luego de 4 largos años.
Me habia alejado de ali al terminar la Universidad pero aun recordaba y anhelaba las largas noches de ardiente sexo junto a aquella mujer…la mas «perra» que he conocido.
La conoci cuando yo tenia 19 años y ella 39. Su escultural y bien cuidado cuerpo me hicieron estremecer desde el primer momento y no tuve que pensarlo mucho para tomar el cuarto en alquiler que me ofrecia. Era separada y tenia una pequeña, en aquel entonces de 4 años. No pasaron muchas semanas y Martha y yo empezamos a hacer vida conyugal…todo se desarrollaba entre nosotros como una pareja normal y a medida que la pequeña Milagros crecia me iba conviertiendo en le tio Miguel…
asi transcurrio mi vida universitaria, hasta que tuve que abandonar la ciudad.
Al regresar aquel dia lo unico que queria era ver a Martha y tener con ella la mas salvaje union sexual -como acostumbrabamos-
Me diriji presuros a su casa y al tocar el timbre, grande fue mi sorpresa al ser recibido por una encantadora chiquilla de 14 años pero un excelente cuerpo de mujer, era Milagros, la cual habia heredado todos los atributos fisicos de su madre.
Despues de un largo abrazo de sincera emocion, me hizo pasar explicandome que su madre habia tenido que viajar a una ciudad cercana para arreglar no se que asunto con su ex marido y que no volveria sinoi hasta el dia siguiente…no pude dejar de sentir desilucion ante tal imprevisto que me obligaria a esperar una noche mas para aquella sesion de sexo salvaje y total -bueno, eso es lo qu epensaba-.
Conversamos largo rato Milagros y yo, sentados como muchas veces antes, en aquella salita…aquellas conversaciones en donde la niña aprendio a quererme y respetarme como el marido de su madre.
Estaba realmente bella y con cuerpo joven y de formas espectaculares…demasiada desarrollada para su edad.
En algun momento de la conversacion, ella se levanto y se sento sobre mi regazo con sus piernas separadas a ambos lados de las mias. Esto me incomodo un poco y ella lo noto:
-Que te pasa?, exclamo en forma casi inocente. Ya no quieres alzar a tu chiquita? -que asi era como le decia y acostumbarbamos conversar-
No supe que decir y me quede petrificado,pero ella rompio el hielo lanzando una pequeña sonrisa y abrazandose a mi diciendome que me habia extrañado. Ante tal acitud, no pude pensar otra cosa mas que se referia a que me extrañaba como el padre que en algun momento llegue a significar para ella…esto me calmo y tambien la abraze fuerte y largo.
Asi unidos por aquel abrazo, iba notando como poco a poco sus labios se iban acercando a mis orejas y un ligero, casi impérceptible vai ven de sus caderas comenzaba, acercandose cada vez mas a mi sexo…No pude evitar una ereccion y ante tal situacion procedi a apartarla de mi pero ella se aferraba mas fuerte y movia mas aun sus caderas al tiempo que empezaba a gemir justo en mis oidos. Todo esto era realmente comprometedor para mi pero por un momento me deje llevar por la calentura y comnze a impulsar mi sexo hacia la pequeña Milagros al tiempo que mis manos bajaron hasta tocar sus nalgas para empujarlas con mas fuerza hacia mi…en aquel descontrol de placer hice un supremo esfuerzo por reaccionar y con fuerza la aparte de mí…
Esto provoco en la pequeña Milagros un gran susto -en parte por la violencia de mi reaccion- y no pudo evitar un llanto mezcla de frustracion y de rabia.
La abrace para consolarla y una vez calmada, empezo a hablarme como muchas veces lo habia hecho antes, conclaridad de argumentos y una logica irrefutable, era una niña aemas de bella, muy inteligente.
Entre otars cosas y con frime determinacion, me dio a entender claramente que queria tener relaciones sexuales, pues segun dijo ya estaba en la edad y lo deseaba ardientemente al evr como su madre lo hacia cada vez que llevaba algun hombre a casa. Esto me indigno un poco, péro comprendi que Martha estaba en todo su derecho de disfrutar del sexo.
Milagros seguia argumentando y amenazandome con salir a buscar al primer chico del barrio que quisiera tener sexo con ella, y segun dijo no eran pocos -ante aquella belleza de niña y mujer, no me quedo la menor duda-. Todos estos pensamoentops y sensaciones se cruzaban a mil pro hora en mi cabeza, al punto de copmenzar a recordar las mas candentes escenas de sexo que habia tenido con Martha, pro esta vez imaginandolas con su pequeña Milagros. Mis ojos recorrian una y otra vez el cuerpo de Milagros, repasando sus bien formados y grandes senos, imaginando un rosado peson joven y fresco. Pasaba a recorrer con la miraba sus hermosas piernas, largas y acariciables descubiertas por aquella pequeña faldita que apenas el llegaba a las rodillas. >No pude dejar de imaginar su Esplendoroso, grande y redondo trasero -igual al de su madre, el que tantas veces habia penetrado con verdadera furia y pasion-. Mi pene no tardo en erectarse uevamente con solo imaginar su bello trasero desnudo y ! virgen aun.
Milagros, noto mi ereccion y no despegaba su vista del bulto que se habia formado entre mis piernas…abrio ligeramnete los labios y los humedecio con su lengua, haciendo el gsto mas sensual que yo jamas habia visto…esn ese momento estaba realmente decidido a poseer a aquella pequeña de 14 años y que en algun moemnto de mi vida la llegue a querer casi como a una hija…esatba decidido pero paralizado al mismo tiempo por la idea y el no saber si era o no lo correcto…
Nuevamente fue Milagros la que me saco del riptus que habia adoptado…se acerco a mi recostando su cabeza sobre mi rodilla.
Poco a poco fue bajando su mano hasta mi entrepierna, hasta llegar a tenerla totalmente sibre el bulto que formaba mi erecto pene… En ese momento ya estaba todo decidido: haria mia a aquella deliciosa pequeña.
Procedi a afljarme el cinturon, desabrochando mis pantolenes…la cara de Milagros adoptaba los mas sensuales genstos de palcer al ver como mi miembro s e iba asomando por sobre la truza. La cabeza de mi pene sobresalia de mi ropoa interior y Milagros lanzo una exclamacion de asombro ante semnjkante medida (21 cms).
-Es tan grande como lme lo habia dicho mi mama!! exclamo ante mi sorpresa, pues nunca imagine que madre e hija se pousieran a hablar sobre mi pene.
Sin perder tiempo, libere totalmente mi miembro ay se lo acerque a la boca de Milagros, ella quedo un poco turbada y con la mas tierna deliqcadeza que pude expresar cfogi su mano e hice que apretara mi miembro que no dejaba de latir fuertemente ante semejante excitacion… con mi mano sobre la de ella que apretaba mi pene, fui bajado y subiendo a traves de este, desde la cabeza hasta la base me estaba brindando un excitante masaje que no hacia otra cosa sino aumentar las vibraciones de mi excitado miembro…todo lo que siguio fue casi instintivo.
Milagros, abrio sus tiernos labios y se introdujo la cabeza de mi pene en su boca, su lengua comenzo a rozar la punta de mi pene y yo ya estab que volaba de excitacion. Por lo grueso de mi miembro, la pequeña Milagros tenia dificultad para avanzar mas con su boca en el recorrido de éste, hacia sus mayores esfuerxos por introducirse en su pequeña boca la mayor cantidad de miembro posible, esto permitia un apretado roce de lengua, labios y dientes. Cogi su cabeza y comence a penetrarla con violencia por su boca, ella simplemente s edejaba hace tratando de no ahorgarse con aquel pedazo de musculo que se introducia casi hasta su garganta. En un momento ella tosió casi ahogandose ante la arremetida de mi miembro en su garganta…lo saque espere a que calme su ahogo..ella sonrio y nuevamente esa dulce y sensual sonrisa volvia a seducirme: realmente me gustaba todo de esa niña.
Tomo mi pene entre sus manos y comenzo a hacer el moviento que le habia indicado, mi pene, humedecido por s saliva resbalaba entre sus tiernas manos, provocandome holeadas de placer. se introdujo la punta de mi pene en su boca mientras con una mano seguia masturbandome, su lengu y dientes hacian un trabajo maravilloso mientras su mano rozaban mi miembro invitando a soltar las mas violentas chorreadas de semen, ante tal espectaculo que yo apreciaba casi sin hacer nada -pues todo lo hacia ella y maravillosamente-, no tarde en venirme lanzando el primer y violento chorro de semen dentro de su boca, golpenado su tierna garganta, ella reacciono dejando de chupar mi pene y mirando como seguia expulsando semen esta vez en aquel precioso rostro…era el espectaculo mas ardiente que se me podia ocurrir: el bello rostro de auella niña de 14 años inundado por oleadas de semen que resbalaban por sus sonrojadas mejillas.
sin soltar en ningun momento mi miembro, comenzo a acariciarlo nuevamente mientras se lo volvia a meter en la boca para limpiarlo de todo rastro de semen, el cual comenzo a tragar con verdadero placer. Esto era realmente sorprendente: la pequeña Milagros habia heredado de su madre todos los gustos sexuales. este pensamiento me excitaba aun mas, pues pensaba ya, en la maravillosa noche que podia pasar,penetrando hata el extasis aquel hermoso y gran culo que esta chiquilla poseia, esto me hizo sentir aun mas afortunado y agradecido de que su madre halla viajado, pues para mi morbo no habia nada mas excitante que poder desvigar aquel precioso y virgen en vez de penetrar el culo de la madre que ya habia sido protagosnista de muchas batallas sexuales.
Todos esto precedio a aquella maravillosa noche de sexo, gemidos penetraciones salvajes y llantos de dolor y profunda excitacion que vivimos la pequeña Milagros y yo. Aquella noche converti en mujer a la mas sensual y deliciosa chiquilla…y hasta la actualidad sigue siendo la mas ardiente mujer que jamas halla tenido entre mis brazos.
Luego les contare que mas siguio a aquella noche a esa fascinante eyaculacion facial que disfrutamos Milagros y yo.
Compartir la entrada "Aquella chiquilla"