Las vecinas

Juan contaba con 17 años cuando disfruto de la siguiente historia; por cierto, aún era virgen!

Juan estaba en su casa de verano. Estaba solo, pues estaba castigado porque le habian quedado 3 y tenia que estudiar. Durante un momento que dejó los libros se acercó a la terraza donde pudo ver a sus queridas vercinas.

Una de ellas estaban tomando el sol en top-less mientras que la otra estaba totalmente desnuda! Juan se escondió para que no viesen, pero ya era demasiado tarde. Luisa, la mayor (23 años) se acerco a la valla y le pregunto:

– ¿que miras?

– yo… yo … nada!

Luisa era la que hacia top-less, mientras tanto, Sara ( la que estaba desnuda:22 años); se iba acercando a la valla. Las dos vecinas colocaron sus bonitas tetas sobre la valla. Juan estaba atónito, rojo, y con su miembro totalmente erecto. Juan llevaba unos pantalones cortos que no disimularon su excitación.

Ellas se dieron cuenta y se empezaron a reir.

Luisa y Sara invitaron a Juan a pasar a su casa a tomar una cocacola. El aceptó. Salto la valla y se introduzco en su piso donde Sara (por cierto, seguía desnuda) le ofreció el refresco. Juan no sabia como tomarselo, pues su gran erección le impedia tragar liquido alguno.

Entonces los tres empezaron a charlar, en principio de temas sin niguna importancia hasta que una de ellas saco el tema del sexo. Juan no sabia como sentarse…

Luisa pregunto a Juan:

– ¿ cuando fue tu primera experiencia sexual?

– pues, yo … veréis…es que…

– o! pobrecito, seguro que aun es virgen!!, ¿verdad?

– pues, bueno, virgen, virgen… no, mas o menos.

– o claro, seguro que te la has cascado montones de veces pero seguro que nunca has tocado un par como estas (agarrando sus dos tetas), ¿verdad?

– pues no, aun soy virgen….

– oye,! – dijo María – esto se puede arreglar!!

– si , como? – pregunto inocentemente Juan.

Sara se levanto y se sentó sobre el gran paquete de Juan, de manera que su cara quedo entre sus dos grandes tetas.

– bésalas, lámelas, venga!, no te cortes!

Juan empezó con verg³enza pero enseguida se despertó su instinto básico y recordó escenas de algunas de las pelis porno que habia visto junto a unos amigos hacia pocos días! mientras que con una mano sobaba la teta izquierda, tenia en la boca la derecha jugando con su lengua.

Juan, que no estaba acostumbrado a eso, estaba apunto de correrse, pero Luisa apartó a Sara de encima de Juan, le bajo los pantalones dejando a la vista sus 21 cm. Ella empezo a mamarla, y en breve se corrió. Ella continuo lamiendo, chupando, besando, jugando con la lengua al mismo tiempo que Sara morreaba a Juan jugando con su lengua. Sus lenguas se entrelazaban.

No tardo en llegar la segunda corrida de Juan, gracias a la maravillosa mamada que le estaba realizando Luisa. Juan se encontraba un poco flojo y aprovecharon para que Juan les masturbara: Juan metió su boca entre las piernas de Sara y sus dedos en el coño de Luisa. Con la lengua consiguió llegar al clítoris de Sara. Su coño estaba totalmente depilado y era muy carnoso, le encantaba. Sara no tardó a correrse en la boca de Juan. Al mismo tiempo, con los tres dedos en el interior del coño de Luisa, Juan consiguió que Luisa tambien llegara a su clímax. Por cierto, mientras Juan les masturbaba, las dos chicas se estaban morreando y tocando sus respectivos pechos. (eran bisex.) Cuando Sara se corrió en la cara, en la boca de Juan, este morreó a Luisa, la cual sintió los jugos internos de su amiga en su propia boca.

Pasado ya un tiempo, Juan se dispuso a penetrar a Sara, pero…

– eh!, un momento, aún no te conocemos suficiente como para que nos penetres… espera a otro día.

Juan se quedó un poco aturdido pues no entendía esa respuesta, pero se levanto, se puso los pantalones y se fue, esperando es «otro día»

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