Siempre hay un motivo para tomar taxi, así empieza mi obsesión con los taxistas, resulta que soy un persona de 32 años y siempre me gusta desplazarme en taxi, cada que tomo uno puede ser una excitante historia.
Aquí cuento una de las muchas anécdotas, que me han pasado con estos machos de verdad:
Recuerdo, cierta vez , tenía que desplazar desde mi sitio de trabajo hasta mi casa, coji el primer taxi que apareció en la avenida, una vez dentro del automóvil, me fije que era un joven de aproximadamente 30 años con cara de niño, alto y una hermosa sonrisa que hasta ahora no he logrado olvidar, empecé a entablar conversación con él ( sentí una atracción grande), conversamos de todo un poco, me conto que tenía una esposa y dos hermosas niñas, yo no quería que acabara tan rápido el trayecto, no sabía qué hacer, le pedí por favor que me diera el número de su celular, porque necesitaba con frecuencia ser desplazado por un taxi, a lo que el accedió. Pasaron los días y mi taxista me seguía haciendo servicio de llevarme a mi casa, cada día mi conversación era más subida de tono, pero el siempre trataba de esquivarme, hasta que un día no puede mas y le dije que era gay y sentía algo muy fuerte por él . Al escuchar eso el me miro muy sonrientemente, y me dijo que no entraba a este tipo de situaciones, pero saben eso a mí no me importo y seguía insistiendo me había enamorado de este macho.
Cierto día mientras me transportaba, le quede contemplado como siempre y sentí cierta tristeza en su rostro, con mucha sutileza le pregunte que le pasaba, a lo que el respondió que tenia con problemas en su hogar y que su mujer cada día le reclamaba que llevase más dinero a la casa. Bueno yo ni sonso ni peresozo le invite a mi casa a tomar unos tragos y hablar más tranquilamente a lo que el accedió con la promesa, de que no iba tratar de hacer nada, no me quedo otra que aceptar. Una vez sentado con unos tragos (yo un ron y él una cerveza) empezamos a conversar, el me conto casi toda su vida, allí fue donde empecé a conocer a la maravillosa persona que era, también me llamo la atención que la relación con su mujer se había vuelto monótona y todo se reducía a costumbres y a los hijos, como supongo se han de convertir todos los matrimonios una vez que pasan los años.
Esa noche le prometí ayudar económicamente subiendo la tarifa del servicio de taxi a lo que el agradeció. Y así siguió nuestra historia había días que no necesitaba ser transportado pero igual lo llamaba , necesita verlo, siempre trataba de insinuar que me gustaba; cierto día llego a mi casa más temprano de lo acordado, bueno lo hice pasar para que me esperara mientras terminaba de arreglarme, dentro de la casa el me busco y me dijo: “Que por todo la ayuda que le había brindado” quería retribuir teniendo relaciones conmigo, bueno al principio me choco porque me sentía que solo era interés por mi dinero, pero bueno me trague mi orgullo, y acepte, acordamos que esa noche le esperaría en mi casa.
Llegada la noche, llego muy puntual a la cita, yo estaba nervioso, el hombre de quien me había enamorado iba ser mío. Al principio el me pidió un poco de paciencia ya que nunca antes había tenido relaciones sexuales con ningún hombre, yo solo atine a reírme. Bueno una vez en el rin de las cuatro perillas, le comencé a desnudarle, cada centímetro de su cuerpo era una maravilla, era como lo había pensado, grandes músculos que me excitaban, le empecé a besar por todo el cuerpo, muchos de mis besos me esquivaba, no me importaba, el hecho de tenerlo en mi cama era suficiente, una vez que llegue a su polla la empecé a succionar a chupárselo con a nadie lo había hecho, quería impresionarlo, pero saben no logre que tuviera erección, debo reconocer que era todo un macho y que buscaba a una mujer, no me importo, y seguí con la caricias por su cuerpo le hacía masajes, sentía que estaba bien estresado, el se sentía con un niño entre mis brazos, esa noche todo nuestro actos solo redujeron a besos y caricias, pero no me importo, después de aquel día, algo había cambiado entre él y yo. Sentí que se había vuelto más cariñoso y me contaba todo lo que le pasaba. ¡Era una tierna relación, no importaba tener sexo tan solo era suficiente saber que estaba bien! , Así pasaron los días, semanas y meses, sentía que cada día nos pertenecíamos más y más, ahora ya no esquivaba mis besos.
Cierto día por consejo de una amiga travesti, me disfrace de mujer, me veía bonita, nunca lo había hecho y espere a mi hombre, cuando entro a la casa me vio y vi en sus ojos cierto brillo, le comencé a bailar, hacer movimientos sensuales, y vi como mi hombre se deslumbraba ante mi encantos. No pudo más me agarro muy fuerte y me empezó a besar como nunca nadie lo había hecho. Yo bajé la mano a su entrepierna y la noté ya bastante dura, desabroché su pantalón y metiendo la mano en sus calzoncillos empecé a masturbarle. La tenía gruesa y suavecita, con unos testículos que eran arrugaditos y parecían bolas de cañón. Empecé a lamerle el capullo y a masturbarlo de nuevo, y después empecé con una deliciosa mamada que mi taxista disfrutó como un loco, comenzó el juego del metí y saca en mi boca, como si me estuviera follando, nunca antes los había visto tan excitado. Hasta que no pudo más y exploto dentro de mi boca, yo agarre todo su líquido y me la trague, el muy sorprendido me pregunto ¿que haces?, y yo respondí: es un acto de amor, ahora eres parte de mí. Posteriormente el me conto, que a su mujer le daba asco tener sexo oral.
Cuando pensé que todo había acabado, mi taxista me levantó la cabeza y me dijo que quería follarme. Empezó a pasarme la verga por todo el culito, una y otra vez, metiendo la puntita por mi húmedo trasero, y me preguntaba si me gustaba. Yo le decía que sí y que necesitaba que me la metiera. Luego guiándose con la mano puso la punta de su pene sobre mi huequito y así comenzó, la presión al entrar, un poco de dolor aunque no mucho, y poco fue entrando. Una vez la tuvo dentro, la saco casi por entero y me preguntó si me gustaba sentir su verga en mi culo, le dije que sí, y entonces me la clavó de golpe en el culo de nuevo hasta el fondo, di un pequeño grito que él ignoró y empezó a follarme el culito acelerando la marcha cada vez más. Sus testículos rebotaban y golpeaban sin compasión mis nalgas duritas y redondas. Hasta que por fin se corrió con un par de fuertes envestidas que me dejaron el culo dolorido, al escucharle y sentir que se corría me corrí yo también casi a la par, y quedamos los dos tirados sobre la cama.
De allí en adelante, yo le entrego la pasión y el amor que mi taxista no encuentra en casa, no saben lo rico que es sentir a un macho de verdad dormir contigo, y ahora si estoy seguro que el también me quiere.
Mas detalle por favor escriban al correo
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