Hola. Llamenme Engüelberto. Tengo 18 años. A veces las cosas pasan porque sí. El cielo es azul, el agua moja y las cosas pasan porque tienen que pasar. Pasaba que hacía mucho calor aquel mes de Julio: 45 grados a la sombra. No se ustedes, pero yo me moría. Mi cuerpo sudoroso se resentía de todo el calor, menos mal que tenía piscina. Aquel día venían conmigo, al chalet de mis padres, mis amigos el Ivan y Toñete. Siempre me había gustado el cuerpo de mi amigo Iván. Anchas espaldas, buen culo… Pero con el único con el que tuve algo serio fue con Toñete… Y fue una niñería.
Pasamos toda la noche de juerga, y ya a eso de las 8:00 am conseguimos dormirnos. Cuando me desperté, eran las doce del mediodía. Iván aun dormía y tenía una erección. Su pene de 27 cms se salía del calzón, y lo pude admirar en toda su extensión. Mientras lo miraba, Toñete se despertó. Se fijo en mí:
-Te gusta, eh?- me susurró. Yo asentí. Me encantaba aquella verga. Tiesa como una columna.Roja, sudorosa por el calor.
-Venga, chúpala… Seguro que no te dirá nada… Ni siquiera se entera cuando duerme…
La cogí entre mis manos. Aquella polla latía como si fuera un corazón ella misma. Empecé a masturbarlo, moviendo su piel arriba y abajo, arriba y abajo… Toñete se había quitado los calzones, tampoco estaba nada mal, ya habíamos hecho un 69 el verano pasado. Fue cuando sentí que me gustaban, aparte de los coños calientes y húmedos, las pollas calientes, grandes y erectas. Toñete se empezó a masturbar. Tenía una gran polla de 23cms. Yo aceleré el movimiento de mis manos. Ya no podía más, quería tener la polla dentro de mi boca y saborear a mi mejor amigo… Pero entonces Iván abrió los ojos.
-Qué haces???- me preguntó. Yo no supe que responder, tenía mis labios junto al glande, a punto de devorarlo.
-¡Venga!¿Qué esperas?¡Mámamela!
Me la metí en la boca. Aluciné en colores cuando lo saboreé:
-Hmmm- dije -Sabe a fresa…-
-Si, es el gel…ah, ah, sigue, venga…- dijo Iván, abriendo más sus piernas para que mi boca entrara.
Toñete se acercó a mí por detrás. Como estaba a cuatro patas, me la metió sin más dilación. Gemí por tener dos pollas de dos buenos colegas. Los 27 cms de Iván me sabían a lo mejor que había en este mundo. Arriba y abajo, mi boca no paraba.
-Ah, ah, ah…- gemía Iván, sin ropas. Acaricié su pecho sudoroso con una mano. Mientras, Toñete me daba por el culo con más fuerza e intensidad. Paré, y les dije:
-Ahora, al revés… Iván, la tuya por detrás y Toñete por la boca….
Ivan estaba tumbado boca arriba, y no quería moverse. Me puse sobre el gran pene. Y traté de metérmelo… Era algo difícil, por lo que Iván, empujándome y con su gran fuerza conseguí que me incrustara en su polla:
-¿Te gusta? ¿Ves como ibas a terminar bien el curso? Fui metiéndome polla poco a poco, sintiendo aquel acero incandescente, ardiente, mi culo se rendía ante el imparable paso de la locomotora…
-¿Te gusta?- me decía Toñete -Pues ahora verás, me acabo de lavar la polla de la mierda que he sacado…-
Me follaron como dos bestias. Empezamos a gemir todos. Me sorprendía que Iván hiciera todo lo posible por darme más placer.
-¿Te gusta? ¡No he disfrutado de esto desde que salí con Romualda!- me dijo.
-¡Quiero toda! ¡Dame toda tu polla!- le dije mientras lamía el pollón de Toñete.
-Tómala! Quiero estar dentro de tí, Engüelberto!
Yo estaba sobre él, y me iba metiendo poco a poco la polla entera, aquello era una locura. Entre el silencio de la mañana, en la casa resonaban nuestros gemidos. Me abalancé sobre Iván y le besé en la boca. Su lengua era un animal vivo, era genial. Mientras, podía sentir como la profundidad de la penetración aumentaba.
-Aaaaah!- gemí -Siento tu vello púbico…
-¡Gime, gime como una puta!- me dijo Iván. Toñete no pudo más y cuando se fue a correr, me metió la polla en la boca. Se corrió y me llenó la boca de semen. Yo no podía tragar tan rápido y mucho semen cayó de mi boca al cuerpo de Iván.
-Toñete, me lo vas a limpiar con la lengua- le dijo.
Y dijo y hecho, Toñete se agachó y empezó a lamerle el cuerpo que se había ensuciado con parte de semen caído. Ivan seguía follándome. Yo hacía ya un buen rato que había tenido mil orgasmos todos juntos y ya no podía más. Entonces fue cuando Iván se puso en pie, yo seguí ensartado en su polla, pero él me agarró del culo con sus manos, mientras hacía que mi ano recibiera polla para el resto de mi vida. Se acercó a la pared, sin cesar de moverse y pegó mi espalda a la pared. Como la casa no se podía caer, hacía presión cada vez que me penetraba. Ya se lo decía Tony:
-Iván, lo vas a matar… -. Pero Iván me follaba dulcemente, con una sensibilidad esquisita:
-¿Te hago daño? ¿Quieres que paremos?- me preguntó. Yo le dije que no. Quería que me siguiera haciendo el amor con esa fuerza y esas ganas de vivir, con aquella polla viviente. Mi culo sangraba y la polla de Iván echaba humo.
-Quiero que sepas…-, me fue diciendo entre jadeos -…que…nunca…arf, arf…olvidaré esto…
-Te…te quiero, Iván…no dejes de ser…amigo mío…
-ah, ah, ah,ah, ya viene, ya viene…
-Te dije…ah, ah, ah, que…TE GUSTARIA!
-Me corro, reviento, ESTALLO!!!
Se corrió. Un chorro de leche caliente me llenó por dentro, saturando mis entrañas. Inclusive se llenó tanto mi interior, que se saturó y buena parte salió despedida a presión, cayendo al suelo y ensuciando un poco la pared. Cuando por fin me sacó aquel miembro interminable, Iván se dio cuenta que había tenido un shock. Me dio un pequeño golpe en la cara, me besó en la boca y me dijo:
-¿Estás bien?
-Como nunca…
-¿Seguirías?
-Después de comer…
Me besó en la boca intensamente y con pasión.
-¿Sabes qué?- me dijo – No se porque salí con Romualda. Siempre quise salir contigo, no te lo dije por miedo a lo que dirías…
-Bueno- le respondí -siempre puedes enmendar tus pecados…-
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